Ojos centinela que analizan con determinación aquello que vuela, corre y muerde.
Lengua acelerada que no da tregua a una mente insaciable.
Oído absoluto que siente lo que para muchos ya es roca encarnada.
Olfato sabio que intuye cuándo es tiempo de cambios.
Y manos atrevidas, que moldean un presente a veces sinuoso.
Es rubia, bajita y preguntona, pero creo que se lo perdonamos por tener unos dientes muy bien alineados y un alma de aguas cristalinas.
¿Alguna pista más?
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